Muchos vivimos con la idea de que las cosas deberían funcionar de cierta manera… pero rara vez sucede así. La vida casi nunca se desarrolla como la imaginamos. Sin embargo, de vez en cuando, aparece una señal. Una chispa. Un momento que nos recuerda cómo deberían ser realmente las cosas. Las Escrituras no solo nos dan el mapa, sino que nos muestran el destino… lo que se supone que la vida debiera ser según el diseño de Dios.